Doce Elementos de Ariel Mestralet tiene licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina License.
Rompiendo un poco con la costumbre de solo publicar capítulos,
hoy me hago un tiempo para agradecer a todos los lectores de este blog/novela. Periódicamente
voy revisando las estadísticas y con mucha alegría veo que a medida que
transcurre el tiempo es más y más y de muy variados rincones del globo la gente
que lee y que vuelve cada vez que, con tanto esfuerzo, publico un nuevo capítulo.
En verdad es muy alentador y hacen que tenga muchas ganas de avanzar con este
modesto proyecto. Como siempre, los invito a que dejen sus comentarios, opiniones
y amenazas personales (jeje) sobre la obra. A los que aún no lo han hecho, los
invito también a unirse al grupo de Facebook de Doce Elementos (haciendo clic aquí) donde también podrán comentar lo que sea que se les venga en gana. Realmente
tengo muchos sueños y esperanzas puestas en mi querido Aldair y de no ser por
cada uno de ustedes esto no tendría sentido alguno. Gracias, ¡Muchas gracias!
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1 comentario:
“Doce elementos” me llevó a mi infancia y adolescencia: una de aventuras con fondo histórico y toda la magia y la emoción de esos relatos con mucho ritmo.
Más allá de que algunos capítulos uno puede leerlos como metáfora de nuestro mundo actual, de la sociedad, de su formación, de la creencia o adscripción a una religión como factor ordenador.
Es una obra de largo aliento (no apta para lectores de hoy -diría Joventi- que tienen lectura precoz y no aguantan más de dos párrafos). Pero para un lector de novelas, la obra es atrapante, bien contada, "se ven" los bosques y los paisajes de un pasado remoto. La invención de situaciones, el ritmo, los personajes, que son claros, hacen que la historia avance y cree interés en “qué pasará a continuación” –eso que te hace dar vuelta la página o darle al mouse para que baje-
Imagino que te habrás documentado para hablar de los celtas y a partir de allí tu imaginación y tu prosa hicieron el resto del trabajo.
Dale pa´lante, Ariel, que tenés pasta de sobra.
Abrazo de escritor.
Joaquín D. Freire
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